
El proceso de duelo
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El proceso de duelo.
Para entender el sufrimiento que se convierte en una situación de duelo debemos tener en cuenta que el ser humano tiende a establecer fuertes lazos emocionales con otras personas, lo que entendemos como afección. Cuando estos lazos se ven amenazados o se rompen se producen fuertes reacciones emocionales.
En una situación de duelo el sujeto vive una situación de cierta desviación del estado de salud y bienestar. Es sabido que a lo largo de nuestras vidas hacemos frente a diferentes situaciones de pérdida. Estas pérdidas interferirán de diferente manera en nuestras vidas y es lógico que no todas serán igualmente significativas, pero todas conllevan un proceso de duelo que se puede producir de forma consciente o no.
Existen diferentes factores que pueden afectar de manera directa el proceso del duelo. Algunos de ellos son:
- La relación y vínculo con la persona muerta
- Los factores circunstanciales a la muerte, la forma de la muerte
- Las características de personalidad, temperamento, conflictos personales, estabilidad emocional de la persona
- La posibilidad o no de contar con apoyo social o familiar
- Las pautas culturales del entorno
Complicaciones del proceso de duelo
La dificultad en la elaboración del proceso conlleva a dificultades tanto en la intensidad del sufrimiento como en la duración del proceso. Todos ellos serían ejemplos de duelos complicados:
Duelo crónico. Es aquel que tiene una duración excesiva y que nunca llega a una conclusión satisfactoria.
Duelo retrasado o pospuesto. La persona puede haber tenido una reacción emocional en el momento de la pérdida, pero no suficiente. Los sentimientos pueden ser muy desbordantes para la persona y pueden llevar a retrasar su duelo. Ante un posterior evento de la vida de la persona ésta puede tener una reacción exagerada fruto de su duelo no resuelto.
Duelo exagerado. La persona experimenta una intensificación del duelo normal, se siente desbordada y recurre a una conducta desadaptativa.
Duelo enmascarado. La persona experimenta síntomas y conductas que le causan dificultades, pero la persona no se da cuenta ni reconoce que están relacionados con la pérdida.
¿Cuándo termina un duelo?
Podemos pensar que un duelo finaliza cuando la persona puede pensar en el muerto con tristeza, pero no con un dolor profundo que la desestabiliza. Cuando se puede pensar o hablar de la persona muerta sin necesidad de llanto intenso u opresión en el pecho. También cuando la persona puede adaptarse a su nueva realidad y volver a invertir sus emociones en la vida y con otras personas.
¿Cuándo deberíamos buscar asesoramiento psicológico?
A todos nos puede ser complicado realizar un proceso de duelo y nos podemos encontrar con dificultades. Muchas personas consiguen salir de un duelo sin ayuda profesional apoyándose en sus seres queridos y amigos, pero también hay personas que buscan ayuda terapéutica por diferentes razones tales como conseguir entender mejor sus emociones, sentimientos o miedos.
Sentirnos bloqueados y con un malestar profundo también nos puede alertar de la necesidad de dirigirnos a un profesional. Es importante que puedan pedir ayuda también aquellas personas que reaccionan con un sufrimiento constante, tienen dificultades para controlar sus emociones y sus pensamientos, se aíslan socialmente o se muestran incapaces de hacer frente a las exigencias de la vida cotidiana. Y finalmente un duelo que se alarga mucho en el tiempo también puede ser la indicación de un duelo no resuelto.
El profesional en estos casos ayudará a la persona a completar cualquier cuestión no resuelta del proceso. En algunas ocasiones cuando a la persona le cuesta pedir ayuda, suelen ser los familiares los que contactan con el profesional en busca de orientación.
Cristina Pujol
Psicòloga